One thing leads to another
Y como todo tiene que ver con todo me acuerdo que a mediados de los 90 trabajaba como cadete en el microcentro (un período oscuro de mi vida, en el que me quiso levantar una ascendente star-noter@ de la TV local que actualmente está en el limbo televisivo pero que está por regresar).
Pero eso es otra historia. Lo que me acordé era que a veces iba a comer a Plaza San Martín y a leer mis comics de los "X-Men" (que en esa época los importaban de España). Y venía este pseudo cura y se me sentaba a hablar porque me decía que yo estaba muy solo y que tenía que hacer amigos y buscar gente de mi edad, porque Dios así lo quería... Incluso me recomendó leer un libro. Yo pensé...que no diga Louise L. Hay, pero sí, me recomendó "eso".
¿No se daba cuenta de que estaba en mi hora de almuerzo y que esos problemas ya los había resuelto con el psicólogo?. Encima tenía un olor a chivo terrible (y no estaba vestido de cura). En fin, dejé de ir a Plaza San Martín y después dejé de trabajar en el microcentro. Y por suerte no tuve que volver a soportar el "delivery" de asistencia espiritual.

0 comentarios: