Qué habrá querido decir...
Pablo Sirvén está más malo que nunca. Y trata a los jóvenes de idiotas...
Queda como único dato positivo la masiva presencia de jóvenes, a los que, de no ser por el ruido que generó “Tertulia”, jamás se les hubiese ocurrido ingresar (al menos vivos) al cementerio de la Recoleta, verdadera reliquia –un tanto caída– de los argentinos.
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