Lake y su bizarre streaming

Fundido
Dios, el fin de semana no paramos de laburar con los preparativos de la fiesta de fin de año. Estoy muerto mal. No tengo ni energías para escribir. Pero acá van algunas cosas que hicimos estos días.

La Prohibida en Divas & Divos
La Prohibida la rompe mal. Tuve la suerte de conocerla personalmente en su identidad secreta y la verdad, este gallego la rockea. El show estuvo muy bueno. Me gusta que, además de que los temas son geniales, ella canta en vivo y se la re banca. Además es super carismática. Ahora, me hinchó un poco las bolas el horario. Tocó la madrugada del viernes tipo 3. Para mí fue mucho. Me da lástima que Divas & Divos -una de las fiestas que más me gusta- sea los jueves en este horario porque la gente con trabajos normales no puede ir. Además, el Lado B de Niceto es una poronga, se llena de nada y hace un calor de morirse.
Ah, los teloneros de Popkrash (donde toca mi amigo Fok) la rompieron con sus covers de tecno ochentoso en español. El de "We Fade to Gray" me mató. Y Rita La Salvaje bailando "Jingle Bells Rock" fue mortal!

La Boca
El domingo fuimos con PolG, Nick y Andrea (ellos residentes en New Zealand y de visita para las fiestas y ella mac guru y rosarina de visita para ver a Armin Van Buuren) a Caminito. Y me dio un poco de escozor. O sea... La Boca se convirtió en una suerte de parque temático de porteñidad espantoso. Todo lo feo y todo lo kitch en el peor sentido está ahí. Hay bares con tango sonando demasiado fuerte, souvenirs vomitivos y demás delicias del 3 a 1. Obvio que está lleno de turistas, pero dan ganas de salir corriendo con un megáfono a decirles "vayan a otro lado, esto no es el verdadero Buenos Aires, esto es basura for export". No sé, muchos lugares que frecuento habitualmente son o se están volviendo turísticos, pero ninguno me produjo jamás semejante rechazo. Lo que más me alarmó es la cercanía de La Bombonera. ¿Será eso lo que quiere Pro para la ciudad y su cultura? Ah, encima pagamos un sandwich de jamón y queso nueve pesos. Y pasó a pedir plata una batucada. Y en el bar hablaban más en inglés y portugués que en castellano. Delicias de la globalización.

Jamaica
El sábado a la noche, con un dolor de cabeza galopante, producto de haber pasado gran parte de la tarde ayudando a Papá Oso a hacer la instalación eléctrica de la casa de mi brother, los Morrudosos nos llamaron para ir a comer a "Jamaica". En realidad, se referían a Karnitas, un reducto de lomitos y reggae en la esquina de Frías y Corrientes. No le tenía demasiada fe, pero la comida era buena y en el lugar (con mesas en la vereda) se respira un aire de relax muy vacacional que ayuda a dejar atrás el stress. Altamente recomendado.