Shangay... ¡Mis calcetines!
Odio tener que hacer esto. Pero no me gustó nada la obra "Shangay" de José María Muscari. Imagínense. Venía con toda la expectativa después de la impactante "Catch" (una experiencia teatral que apunta a todos los sentidos). Y la verdad que "Shangay" me dejó con las ganas.
La premisa es muy jugosa: una pareja gay que rompe relaciones en un restaurant chino. Uno de ellos está enamoradísimo. El otro está harto. Pero a pesar de que intenta repasar temas tan interesantes como la infidelidad, el amor, las inseguridades y la forma en que el entorno te puede joder una relación... todo queda en la nada, en lo superficial. Muscari le presta más atención a la forma que al contenido. Y se pierde una oportunidad espectacular para hablar en serio (aunque sin resignar comicidad) de un tema poco explorado en el teatro argentino (bah, no soy un experto en el tema pero no me suena). Atenti con la escena de sexo leather no apta para débiles de corazón ni para metrosexuales.
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