Todos somos Daniel Hendler
Con Walter creó un personaje: el "colgado", el "tildado", el joven que maneja un lenguaje de menos de 800 palabras (indigente promedio usado hoy) y que está en permanente duda, entre la desidia y la abulia y el "no me preocupo ni me entero porque total no puedo ni vale la pena hacer nada". Me parece que éste es un nuevo tipo de masculinidad cinematográfica, que representa a buena parte de los varones urbanos de hoy, entre los 20 y los 30, de clase media y buen pasar, en ese momento final de la "moratoria", cuando todavía conservan alguna duda entre irse del país o malograrse aquí al hacer dinero como sea
Publicado por Diario El Día
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