Way to go, mr. microphone! Nos queda un sólo día en Calamuchita. Acabo de comer un asado increíble, con buen vino, helado y chocolate de La Cumbrecita. Pero voy a intentar postear algo igual.
Nos habían dicho que teníamos que subir al Champaquí, el cerro más alto de Córdoba que queda a unos 70 kilómetros de VGB. No sabía que era tan lejos, si no tal vez me tiraba para atrás. Ni tenía mucha conciencia de la altura: 2790 metros sobre el nivel del mar.
El día que fuimos a Villa Alpina vimos un sendero peatonal para subir al Champaquí. Pero después nos enteramos de que el trayecto por esa ruta se hace en una excursión de tres días. Not my cup of tea. Pero claro, había otras opciones. Así que averiguamos un poco y decidimos ir por Pampa de Yacanto, una pequeña ciudad que queda a unos 30 km de Santa Rosa y cuya ruta está mucho mejor que la que te lleva a La Cumbrecita.
Al llegar a Yacanto preguntamos cómo llegar al Champaquí y nos indicaron tomar el camino de cornisa que sube al Cerro Los Linderos, en cuya cima podríamos intentar hacer el camino peatonal hacia el Champaquí (aunque nos dijeron que teníamos que tener abrigo porque arriba siempre hacie frío y nosotros estábamos en remerita). ¡No se dan una idea de lo que subimos! Al rato de ascender me empezó a dar un poco de vértigo, porque estábamos cada vez más arriba y las vistas panorámicas eran cada vez más impresionantes (y los precipicios más altos).
Es un viaje como de hora y media de ida (y otro tanto de vuelta), pero vale la pena. A medida que subís empezás a ver cómo cambia la vegetación y las formaciones rocosas van metamorfoseándose. Desde la mitad para arriba empezó a haber menos vegetación y más piedras, algunas de un color blanco que llamaban muchísimo la atención.
Pero cuando ya nos faltaba poco para llegar, nos sorprendió una tormenta y una baja pronunciada de la temperatura. Y las nubes bajas que taparon la cumbre nos obligaron a pegar la vuelta (sumado a unas repentinas granizada y neblina que nos hicieron sentir respeto por la furia de los elementos). Nos quedamos ahí de subir al Champaquí. Pero nos deleitamos con las vistas de esa "casi cumbre" a la que llegamos. Además, juntamos muchas piedras muy raras (con muchas incrustaciones de mica), avistamos un carancho y también un halcón muy bonito. Y en el camino de vuelta rescatamos una tuna salvaje que pasará a engrosar nuestra colección de cactus y suculentas.
BTW: en el viaje de vuelta Papá Oso bautizó a Mika como "La Niki". Y en Calamuchita compramos tortillas estilo mexicano y un cóctel de pisco chileno y berries. ¿Por qué no puedo comprar eso en los supermercados de Buenos Aires? ¡A veces odio vivir en la gran ciudad!
5 comentarios:
Hace unos años -cuando aún era joven y atlética, pero tbn fumaba como un escuerzo- nos fuimos de campamento escolar al champaquí y, el día del ascenso a la cumbre, se largo a nevar!!! Cómo nos congelamos, mon dieu... Es más, aún recuerdo tener los dedos como chorizos colorados x el tremendo frío de meter las manos en la nieve para no resbalarse. (Igual estuvo genial, claro)
qué bueno mariano que pudiste estar cerca, ya viste lo que es, genial! Arriba de todo ves como se forman las nubes y para los mas valientes hay una sillita para que te sientes, o te pares y sientas re groso. Salvo que yo no me subo ni loco porque me tiraría al vacío.
Y coincido, creo que no podes comer mal ahi, es casi imposible.
la niki., JAJAJAJAA
Aca está cuando fuí yo, es tremendo. http://www.youtube.com/watch?v=bPVSP-wtjDA
La vista es increíble!
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