Y esta vez llegamos, aunque no fue nada fácil y el clima nos volvió a jugar una mala pasada; con una nube de tormenta que salió de la nada y que hizo que el descenso fuera casi imposible, con un larguísimo tramo en el que no pudimos superar los 10 kilómetros por hora debido a que teníamos una visibilidad de menos de 10 metros. De más está decir que mientras Papá Oso maniobraba con la pericia de un piloto de rally, yo estaba con el corazón en la boca.
Por suerte salimos sanos y salvos de tan arriesgada empresa. Y nos quedaron unas cuántas fotos para compartir con ustedes.
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1 comentarios:
Excelente! Qué bueno que llegaron!
Vieron lo que es? Valió la pena!
A mi me pasó algo parecido en el viaje, tuvimos que irnos para no quedar atrapados por las nubes, y el camino si, es un poco arriesgado si empieza a gotear.
Qué buenas todas las fotos!
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