Regina, gracias por la magia

Tuve que elegir. Era Pixies o ella. Y fue ella, obvio. No podía perderme a Regina Spektor en el Gran Rex. Me había sorprendido gratamente la noticia de que venía a tocar. Realmente no podía creer que viniera. Porque no tenía noción de que hay muchísimos fans dando vueltas por ahí. Y esos fans llenaron dos funciones en la calle Corrientes. Yo fui a la primera, que empezó con más de una hora de retraso porque había un piano desafinado y ella lo mandó a cambiar. Loquísima, como era de esperarse. Tan loca como se la vio en el escenario, sentadita al piano, tocando encorvada y cantando con un estilo tan inusual como cautivante. En la lista de temas hubo de todo, pero sobre todo temas de "Far" y algunos de los hits de "Begin to Hope". Así que movimos las cabezas y festejamos canciones como "Folding Chair", "Dance Anthem of the 80s", "On the Radio", "Better", "Samson", "Human of the Year", "That Time" y "Laughing with". Y fue mortal cuando Regina hizo "Poor Little Rich Boy" tocando el piano y haciendo percusión con una silla al mismo tiempo. Lo mismo que cuando una tortita le gritó "I want to have your babies" y ella le contestó que eso no era físicamente posible. Una grossa, Regina. Así que terminamos tarde, pero felices, después de un show que realmente valía la pena ir a ver.