Qué lindo es que la gente se quiera...
No se si será la primavera...si será que estoy enamorado o qué, pero me gusta tanto que la gente se quiera. Ya sea en Caballito, en Wellington, en La Horqueta o en San Martín estoy muy feliz por ver tantos romances florenciendo. Si, ya sé, tengo que dejar de consumir tanta azúcar.

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