Noche de osas
Hacía tiempo que no nos dábamos una vuelta por el submundo ursino. Así que nos dirigimos con Big Beer Bob y sus amigos a Bulnes Class, en donde se hacía la fiesta Argengor2.
Llegamos medio tarde porque fuimos con Papá Oso a ver “Woyzeck” al San Martín. La obra está muy buena (era la última función) aunque era un poco fuerte la temática. Pero en fin, que llegamos a Bulnes a eso de las 22.30, minutos antes de que empezara “el show” de la noche.
La atracción era un transformista que imitaba a Moria Casán. Bah, hacía de Moria porque era igual de cara, pero tenía una voz de camionero impresionante. Así que, luego de un monólogo bastante tonto (el feedback del público parecía de chicos de 4 grado aburridos y no de un grupo de gays de levante) llegó el “plato fuerte”: el show de las gordas.
La pseudo-Moria salió por el lugar a reclutar víctimas, a las que hizo vestir de mujer y hacer una coreografía. ¡Qué impresión! Yo voy a esos lugares a ver señores machazos, peluditos, morrudos... y de golpe verlos desatados, travestidos, putoneando cual la maricona más maricona de Amérika... ¡Qué decepción! Creo que tuve pesadillas toda la semana acordándome del gordo que salió con una capa y una peluca cual Agnetta de Abba. ¿Queridos (o queridas) no pueden portarse como seres normales del sexo masculino?
Encima la Moria trucha ni sabía hacer chistes. Quiso hacer la broma de que las locas toman Activia para no ser tan pasivas y después se cagan encima, ¡pero dijo ACTIMEL! Como dijo Big Beer Bob, un trava sin chistes es como un helado sin frío.
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