Hace algunas semanas hicimos un asadito con amigos en casa de mi suegra. Bah, asadito... hicimos hamburguesas a la parilla. Los comensales no consumieron gran cantidad de medallones de carne, así que nos quedamos con unas cuantas hamburguesas cocidas en la heladera.
Pues bien, se me ocurrió una opción divertida para aprovecharlas. Así que por un lado saltié una cebolla y cuando empezó a dorarse le puse un tomate picado y una lata de jardinera (se puede usar jardinera congelada que es mucho mejor). Cuando empezó a tomar forma la salsa, le metí dos hamburguesas enteras (recuerden que ya estaban cocidas) y dejé que se cocinara todo junto un rato.
En paralelo cociné unos spaghuetti. Y cuando estuvieron listo armé el plato así: en una sopera (se puede hacer en algún bowl de sopa también, lo importante es que el plato tenga profundidad) puse un poco de la salsa, una hamburguesa, una porción de fideos y cubrí con la salsa. Y... ¡voilá! El plato estaba listo.
La idea es comerse los fideos con la salsa para después llegar a la sorpresita de la hamburguesa en el fondo. Me gustó, me dio la sensación de esos platos orientales que mezclan muchas cosas distintas y que son poco ortodoxos para nuestro punto de vista. Pruebenlo, está buenísimo.
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