Gente que busca gente
Sólo los miembros de una familia en todo buenos aires se animan a entrar en un oscuro local de objetos orientales del microcentro cuando afuera hace 35 mil grados de calor. Los de familia.
Llegué tarde a trabajar (esta semana trabajé de más, lo que se sumó a sendas cenas de fin de año, un de la Rúa que dice pavadas y que obliga a trabajar a deshoras y un Hugo Moser que, pobrecito, se murió) porque no podía levantarme. Por lo que me quedé hasta más tarde para compensar.
Cuando llegó la hora de irme bajé con Robotech (obviamente yo iba para el lado contrario jojojo) y me dirigí a la parada del 100. Mi destino: Imagena.com, la casa donde imprimo mis obras de arte digital.
Me baje cerca del Colón y con destreza de superhéroe logré cruzar la 9 de Julio sin que me atropeyen. Emprendí un camino que hice decenas de veces. Pero esta vez,. no se bien por qué, decidí cruzar para ver la vidriera de ese sucuchito con cosas chinas.
Mi sorpresa fue grande, porque no sólo tenían cosas bastante lindas, sino que los precios eran mejores que en el Barrio de la Fantasia (Once, por si no adivinaron). Obviamente quise llevarme algo y me percaté de la presencia de uno de esos paisajes de corcho tan lindos y delicados que vienen dentro de una cúpulita de vidrio.
"Pero no lo voy a llevar ahora, vengo otro día. No, mejor no, porque no tengo donde ponerlo. Bueno, lo llevo y que sea parte del museo del vidrio". Así que entré y no percibí nada visual... me llamó la atención la voz de la mujer que compraba algo adelante mío. "Qué voz parecida a la de...¡Mi abuela!". Así es, la abuela Lake había decidido entrar en el mismo negocio apenas minutos antes a comprarse un chal. Obvio que se sorprendió mucho de verme. Digamos que Buenos Aires es grande como para coincidir en un lugar así de bizarro. Así que charlamos un ratito, la acompañé al trabajo (que queda justo a la vuelta de Imagena) y nos despedimos hasta el día de Nochebuena, no sin antes ultimar detalles de la cena.

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