El jefe de gobierno porteño presentó con gran entusiasmo la Buenos Aires Feria Internacional de la Música (¿por qué esa necesidad de poner el nombre de la ciudad al principio como si fuera una frase en inglés?).
Y se mandó un discurso que es casi una burla a la realidad "post Cromañón" de la música local.
"Nuestras industrias culturales, dinamizadoras del capital simbólico y del tejido productivo de la ciudad, generadoras de empleo y de desarrollo; son uno de los ejes estratégicos de nuestra gestión. Desde hace ya varios años venimos trabajando en el diseño y ejecución de políticas activas hacia esos sectores, dentro de los cuales la industria de la música es uno de los actores clave. Bafim, es un gran paso en esa dirección", dijo el "afrancesado".
¿Qué onda? ¿Telerman no sabe que hay entidades vinculadas a los músicos que están recalientes porque no hay lugares para tocar? ¿Un tipo que estuvo metido en una sala como La Trastienda ignora que por culpa de las regulaciones post-cromañón los grupos nuevos y los músicos que tocan para un público reducido no tienen posibilidades de hacer un show? ¿Estará al tanto que cualquier lugar en el que haya un tipo con un instrumento o se pase música grabada las medidas de seguridad parecen que en lugar de música se tratara de residuos radioactivos? O será que quiere dar la imagen de que está todo bien en un área que está como el orto?
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