Políticamente correcto. O más bien soso.
Hablar con Luciano Pereyra (y más por teléfono) es como hablar con un futbolista. Tiene puesto el casette a full. Falta que al final te diga "no gracia a vo". Encima no es que tiene un casette rocanrolero, tiene el de la hipercorrección política. Todo es siempre nice and happy.

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