Un día en la vida de...
Dios, qué día interminable. Primero, el despertador no sonó. Así que salí de casa a toda velocidad hacia el laburo, medio muerto. La cabeza ya no me funciona muy bien, necesito sueño. Al finalizar mis actividades mañaneriles huí hacia el centro. Tenía una instancia judicial. Sí, mi vida también puede ser un episodio de “Harvey Birdman, Abogado”. Justo el otro día leía una nota en Clarín sobre la cultura del plagio. Y hablaban de muchas cuestiones. Pero una cosa es tomar un concepto de otro y otra muy diferente es hacer copy/paste de contenidos ajenos. A mí me pasa todo el tiempo. Me pasó con un portal de noticias que solía ser muy linkeado en este blog. Me pasó con el site pedorro del diario que está “firme junto al pueblo” (aunque no creo poder hacer nada en contra de ellos por motivos que no vienen al caso... igual el destino me dejó en línea directa con su director periodístico... cosas de la vida). Y ahora estoy en conversaciones, abogados de por medio, con otro sitio que sé que muchos leen habitualmente. Un sitio que no voy a mencionar ni ya ni nunca (lean entre líneas chicas). Lo malo es que en la reunión de hoy no resolvimos nada. Avanzamos un poco, pero todavía no pude lograr un resarcimiento. ¡Un día de estos les voy a prender fuego! Terminados mis compromisos legales salí corriendo a mi obra social. Tenía turno con el dentista a las 16.15 y llegué una hora tarde. La idea era hacerme el boludo (me lo recomendó Papá Oso), pero no hubo caso. Perdí el turno. Del centro volví a Palermo Outlet a trabajar como un condenado. Eso sí, en el centro había muchas cosas lindas para ver... algunas que, como diría Luke, “rajaban la tierra”.
Gran barata del día: Torre Eiffel de vidrio en miniatura: 25 pesos. Base luminosa que cambia de color: 12 pesos. Y ahora tengo que partir a hacer frente a un compromiso familiar. Tal vez haya material para postear. Tal vez no.

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