La Cumbrecita

El clima que nos tocó estas vacaciones es muy bipolar. Hay sol, llueve, llueve con sol... Es un poco una mierda, pero como nosotros somos muy valientes no nos acobardamos con el mal tiempo y salimos a la aventura igual.

Así que el sábado, aunque estaba medio feo, decidimos partir hacia La Cumbrecita. Y realmente la pegamos, porque la pasamos genial. En el camino nos agarró la niebla y hicimos treinta y pico de kilómetros en medio de una nube que no dejaba ver más allá de 20 metros a la redonda, pero no nos importó. Paramos en Inti Yaco para sacar fotos del fenómeno, pronto serán dadas a conocer en su blog amigo. Y cerca de La Cumbrecita la nube desapareció y completamos el viaje sin problemas.

Como contábamos el año pasado, La Cumbrecita es un pueblo peatonal. El auto se deja o bien en el estacionamiento que está en la entrada del pueblo o bien en el parking que está sobre la ruta antes del camino que baja al lugar. Me acuerdo que la primera vez que fuimos terminamos reventados, pero esta vez nos fue mucho mejor y no nos cansamos tanto. El año pasado por ir a la endemoniada cascada (wasserfall) perdimos mucho tiempo y no pudimos ver otras atracciones de la aldea. Así que esta vez nos inclinamos por ir por otro camino que nos llevó al Castillo (dos casitas rarísimas, abandonadas, de onda medieval y con unos dibujos muy curiosos pintados a manera de mosaicos en las paredes), a la Casa del Oso (una casa con un oso de madera gigante en la puerta) y a la Confiteria Liesbeth. Y de ahi, bajamos a ver el Lago de las Truchas, con sus saltos de agua previos y las curiosas formaciones rocosas que hay camino a esta olla de agua.




Ah, almorzamos "plato europeo" en Fritz 41: Salchicha alemana, con chucrut y papas. ¡Muy bueno! Y la lluvia amenazó con hacernos abortar toda la operación en varias oportunidades, pero seguimos adelante igual y aunque nos mojamos un poco, pudimos aprovechar esta visita mucho más que la del año anterior.

El climax del paseo fue tomar el té con tortas caseras en Liesbeth, un local que atiende a los turistas desde 1940. Soñado el "apfelkuchen" (torta de manzana), pero a mí lo que me volvió loco fue la empanadita de frambuesa. ¡Qué ricorrr! Y el té en hebras estaba muy bueno. Además muy lindo lugar, con apenas 5 o 6 mesitas, en un salón con muebles de madera, flores y plantas.

Camino de regreso a la entrada al pueblo compramos algunas chucherías (un cactus de lana, por ejemplo) y hablamos de por qué habrá gente tan desubicada y ordinaria, que en un lugar que es un paraíso de tranquilidad y belleza hablan a los gritos, hacen quilombo cual neanderthales o exhiben conductas incivilizadas sin motivo aparente. Pero bueno, hay cosas contra las que no se puede luchar...

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5 comentarios:

Mati dijo...

Viste alguna vez esto??

http://www.taringa.net/posts/tv-peliculas-series/4733588/RuPaul%C2%B4s-Drag-Race.html

lovely!

Carla Arend dijo...

Qué lindo esto! :)

Lake dijo...

Mati: Lo ví y me parece TODO!
Carla: Es muy lindo el valle de Calamuchita!

Marcela dijo...

Y cuanto hay que caminar desde el estacionamiento que hay antes de llegar al pueblo hasta el pueblo mismo?. Te lo pregunto porque desconozco y qisiérmaos conocer, siempre que, claro, no halla que caminarse..............35 kms!!!!!!!!!, para llegarse hasta allí. Por favor, cuéntenme, Marcela.

Lake dijo...

Marcela: Sólo hay que caminar un km, pero hay minibuses gratuitos que te llevan hasta la entrada del pueblo.