El cago de Da Vinci
Por favor, ¡qué embole la polémica de la película de "El código Da Vinci"! Empecemos: la vi el martes (sí, ¡antes que en Cannes!) y me pareció un poco extremo que en el microcine de la distribuidora pusieran a tres tipos de seguridad para vigilar que ningún periodista filmara la película (siendo que esa proyección era para unas 25 personas y especialmente invitadas por Columbia).
Más allá de la paranoia, salí con una sensación rara. Por un lado, me parece que es interesante lo que propone la película. Por otro... es un poco aburrida. Y nada más (ah, así, Audrey Tatou sucks, y pensar que me conmovió tanto en Amelie).
Pero después, no entiendo cuál es la polémica, o sea, ¡Es un filme de ficción!
En otros países algunos fanáticos religiosos están como locos, hacen huelgas de hambre, llaman a boicots, piden que se prohiba. ¡Y todo por una película fantasiosa y aburrida!
En Argentina no podía faltar el pelotudo de turno y un abogado presentó un escrito ante la justicia para que se aclare antes del filme que se trata de una obra de ficción. Esto es como pedir que pongan aclaraciones antes de la nueva película de Superman para que la gente no adore falsos dioses. O que antes de la saga Matrix pusieran "toda coincidencia entre Neo y el Mesías es pura coincidencia".
Y la Iglesia en vez de preocuparse de temas importantes alimenta el "boom" del "Código Da Vinci". ¿No irán a medias con las ganancias del libro y la película? Digo, porque lo único que hacen es que la gente consuma esta huevada de que el Santo Grial fue María Magdalena y no sé qué otras pamplinas.
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