Día de la madre
Como no podía ser de otra forma, dos locas divinas como nosotras llevamos a nuestras madres (y a mis abuelas) a comer a Lelé de Troya, un restó muy almodovariano en Palermo Soho. Cenamos en el salón amarillo, al lado de la cocina, bajo la claraboya. Todo muy top y muy rico. Comimos un cous-cous con cordero a la menta, bondiola con salsa agridulce y ensaladas varias. Un manjar.
Para el postre fuimos a Scanapiecco, a pedido de mi bobe. Después tomamos café en casa y comimos los chocolates que le habían regalado a Papá Oso. Trés chic!
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