Another Week in Hell III
Parece que una vez que caes en el abismo no hay vuelta atrás. ¿Qué hice el fin de semana? Ah sí, la semana del horror siguió con...
Babasónicos en el Pepsi Music
No quería ir al Pepsi. De ningún modo. Pero bueno, si había que ir, la fecha de Babasónicos pintaba bien. ¡Encima pudimos llevar a pasear a Kill Mil! Llegamos cuando Intoxicados estaba terminando. Medio que no se entendía nada. Leí que hizo temas disco (?). Después los Baba, que después del rock de Pity eran como David Bowie... Con capas metalizadas de colores y trajecitos (bueh, eran como remeras sin mangas) de lentejuelas, la rompieron. Además, ya tienen tantos discos que sus recitales siempre son como un greatest hits. Bien por ellos.
Domingo glam
Aprovechando la presencia en Buenos Aires de Kill Mil, salimos a comer a Palermo Soho. La estrella invitada fue Niño Pol, quien reveló costados inesperados de su personalidad. Caminamos poco (porque Kill y Pol no querían moverse, vagas!) y disfrutamos de una velada amena.
Divididos¿A alguien se le ocurre una forma peor de hacerme empezar la semana que mandarme a cubrir a Divididos a Obras? ¿Se puede ser tan cabeza de programar un recital un lunes a la noche? Igual, prefiero Divididos a La Bersuit o Los Ratones Paranoicos. Además, había cada nene...
Lo malo fueron la humedad y el calor. Mucho post-Cromañón, pero en Obras no se podía respirar. Si hasta mollo se quejó de que se le empañaba la guitarra y se le desafinaban las cuerdas. Además, a mí no me jodan, el lugar estaba sobrevendido. Creo que eso me mató y no pude recuperarme.
Peña y Mundstock
Post Divididos dejamos a Anouk en una zona civilizada de la ciudad -por suerte Papá Oso y el Bearmobile nos rescataron de Nuñez- y fuimos a casa, en donde me esperaban dos nuevas maravillas de la televisió estatal. Primero, Marcos Mundstock y "Al Colón", ciclo de divulgación cultural que pone en pantalla fragmentos de óperas. Fast Forward a morir.
Después vino el plato fuerte: "Isla flotante", el programa de Fernando Peña. Para mí que a Peña le dijeron "vas a tener un ciclo en Canal 7" y el tipo se creyó una mezcla de "Caloi en su tinta" con "El refugio de la cultura".
El programa es lo más aburrido que vi en siglos. Peña presenta el tema del día y reflexiona sobre un tema, en este caso las ganas de casarse. Van a una dramatización con uno de los personajes del actor, en este caso, La Mega (o simplemente Cristina, como puso la periodista de Clarin, que parece que no conocía el personaje). Y entre un levante y primera cita de La Mega y reflexiones tipo autoayuda de Peña, se fue una hora de programa muy difícil de tragar. En un momento le comenté a Papá Oso que debíamos ser los únicos que estábamos mirando el programa, junto con Pablo Sirvén de La Nación (apostaría a que el domingo va a publicar una columna que se llame "Canal 7 confunde libertad con libertinaje").
Y la verdad es que de "Isla flotante" no rescato nada. No es gracioso ni transgresor ni nada. Es solemne y aburrido. Y tiene toques fuera de lugar (La Mega y el novio en bolas en un jacuzzi, Peña tomando champagne de la botella como si mamara una pija). La verdad, no me gustó.
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