Happy birthday, Mr Papa Bear...
No sé bien por qué, pero los cumpleaños de Papá Oso últimamente siempre dejan tela para cortar. O porque hay algún invitado freak que dispara situaciones descabelladas o porque hay algún asistente imprevisto que desequilibra el status quo o por simple casualidad. Y este cumpleaños no fue la excepción.

Todo comenzó algún tiempo atrás en la Isla del Sol (cuac). NOs levantamos tarde y nos fuimos con Big Beer Bob al Macro a comprar comida al mayoreo. El Macro es un lugar donde hay de todo y donde todo es grandísimo. Pero a mí, a los 20 minutos de estar ahí, me empiezan a fallar las energías. Como todo super, me agota. Pero al ser un super gigante me agota mucho más.
Lo mejor fueron los superpanchos que nos clavamos al final (después de comprar snacks varios para la noche y alimentos el resto del mes) y los faroles para velas hechos de hierro y vidrio (a sólo 20 pesitos!). Volvimos a casa medio fundidos, ordenamos, preparamos algunas delicias y nos dormimos un siestín como para hacer frente a la gran noche.

A eso de las 23 empezaron a llegar los invitados. Mucha gente top (¡uno afirmaba tener zapatillas Gucci!), mucho artista y mucho blogger. El que dio la nota fue un amigo (ex de Papá Oso)que se olvidó mal que el cumpleañero es glucémico y que, por ende, no puede comer cosas dulces y que trajo de regalo una caja de bombones. Y encima, casi mete la pata revelando la receta de los brownies adelante de gente que bno tenía nada que ver ni oir. Dos veces. Para mí, quería cobrar.

El resto de la noche transcurrió sin sobresaltos, con gente comentando el show de Robbie Williams, otros hablando de Megadeth, otros defendiendo a sus nuevos jefes y otros discutiendo futuros proyectos musicales "osunos".

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