Lake y su bizarre streaming

Week of Chaos! Day 1
Al parecer las fuerzas del universo se alinearon en mi contra para liberar el caos
subyacente en mi vida, casi como si hubiera sido alcanzado por un rayo de la Bruja Escarlata.
La semana del caos empezó bravísima, con una presentación de programación en Canal 7 que venía mal parida de entrada por cierto altercado por email que tuve con alguien del canal que no sabe hacer su laburo (se supone que está para darte información pero si le preguntás algo
o no contesta o contesta para el orto, bien de empleado público mal entendido).
En fin, cuestión que medité mucho si ir o no. ¿Para qué ir? ¿Para ser extra en un acto político? ¿Tendrán fotos y gacetilla o como de costumbre uno va a tener que hacer un research extra para poder escribir algo? ¿Podré rescatar la info para publicar algo igual si no voy?
Todo eso me comió la cabeza el final de la semana. Pero finalmente me decidió que hubieran mandado con anticipación algunas fotos de los programas. Así que me dirigí al 7, con un clima de mierda que era ideal para quedarse adentro.
Decidí tomar el 110 y bajar en Austria para acercarme después con un taxi. Craso error. Austria se hace contramano desde Libertador, así que me tomé un taxi al re pedo. Encima la placita de enfrente de ATC estaba bastante embarrada (sí, las veredas también). Y hacía calor. Y putié como nunca.
Pero al llegar fue aún peor. Caos. Caos por todos lados. Entré en el canal, nadie me paró, no había nadie para informar nada. Me mandé al estudio mayor, donde parecía que estaba la acción. Un pasillo muy angosto lleva desde el hall hasta el estudio. Pasillo lleno de gente. Que en lugar de caminar y ubicarse en las butacas se quedaba parada haciendo sociales. Cómo odio a la gente que hace sociales en las vías de acceso a un lugar. Esquivando pelotudos y cámaras me senté en la platea, bien arriba (no había mucho espacio libre, además quería estar lejos de todo).
Lalo Mir probaba micrófono, la sinfónica del 7 terminaba de poner a puntos los instrumentos. "¿Qué mierda es esto? ¿A qué vine?", pensé. Claro, a los dos minutos me di cuenta de todo.
Canal 7 iba a transmitir el trailer y la breve ceremonia en vivo y en directo para todo el país. ¿Entonces para qué mierda me hicieron ir? ¡Me quedaba en casa y era más cómodo para todos! Ah, obviamente jamás encontré a la gente de prensa ni conseguí que alguien me diera el folletito con la programación (bah, igual no servía para una mierda, todo lo que decía ya lo sabía). Así que con mi colega R nos dispusimos a la tarea de buscar alguien que nos entregue el material de prensa. Buscamos infructuosamente al encargado del área y nada. Preguntamos a gente del canal y nadie sabia qué cara tenía.
Después una colega nos dijo "vengan, yo lo saqué de una oficina acá a la vuelta". Y cuando estábamos por poner nuestras manos en nuestro deseado "brochure", una mujer vino a interrumpironos. "¿Qué necesitan?". "Somos de prensa, necesitamos el papelito con la info de los nuevos programas". "No, esos no se los pueden llevar, son de una mujer (?), vayan allá que hay unas promotoras que los reparten". "Pero ya las buscamos y no las vimos". "Sí, ellas están, tienen miles, están cerca de donde está el señor de seguridad".
Dimos una vuelta más. Estaba lleno de gente disfrutando del catering. Invitados, funcionarios, celebrities canalsieteras como Daniel Aráoz, Badía, Martín Jáuregui, actores tipo Mimí Ardú, Lola Berthet, Cristina Banegas. También vi pasar a Gastón Pauls y Nadia, la meteoróloga. Y termitas. Y colados. "¿Qué hay que hacer en este país para poder trabajar en paz? Yo no vine a comer", pensé. Y así, con R nos fuimos a la mierda. Fuck Canal 7. Además, ya era tarde para ir al evento de MGM (me dijeron que no había nada de comer y que regalaban un leoncito de MGM pero que se quedaron sin stock). Así que puse fin a la primera jornada de la semana del caos
y me fui a seguir laburando a casa, con la gala de "Gran Hermano".
Ah, ayer también traté de hablar con Marley. Pero parece que se perdió en la selva misionera y su celular no tenía señal. ¡Qué mala suerte!