El blues del videoclub de la musculoca
Estoy desconsolado. Después de años de alegrías y tristezas compartidas, la musculoca del videoclub de Julián Álvarez decidió bajar la persiana. Dice que la hija de la dueña le cobra muy caro el alquiler y le hace la vida imposible. El viernes es el último día.
No puedo evitar sentir melancolía al pensar en todas las películas pirateadas que le alquilé, los estrenos de cine que vi antes que en el cine, las cintas asiáticas ultralimadas que cayeron en mis manos gracias a su gusto por el cine oriental pochocolero, los filmes en calidad "screener" con gente parándose en medio de la función cual fantasmas obsidiana ni la única película porno gay que alquilé en mi vida y de la cual me vendió una copia que con Papá oso atesoramos con convicción. Adiós, musculoca cinéfila. Nunca te olvidaremos.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

soy vecino siempre ibamos alquilar sus screener ... el videochongo va a dejar un espacio vacio en el chongaje de palermo....