Lake y su bizarre streaming

San Luis III
¡Wow! Ya van casi diez días en San Luis. A continuación, más anécdotas.

San Luis (ciudad)
Al principio la ciudad de San Luís me pareció falta de gracia... como una réplica de otras ciudades del interior que ya conocía (Luján, Gualeguaychú, San Antonio de Areco, etc). Claro, lo que pasó fue que la ciudad tiene una distribución bastante particular y no descubrimos donde estaba el verdadero "centro" hasta una semana después de estar acá. Es que tienen la casa de gobierno en una punta, en otro costado la Municipalidad y en otro la plaza "céntrica" con la catedral y una diagonal y un casino en otra calle lateral.
Pero del otro lado sigue una callecita que es como un mini Once, con una feria y varias galerías y algunos restaurantes "populares" en los que se come muy bien y barato. Ej: Milanesa napolitana con huevo frito y papas fritas 12,99. En Buenos Aires, no se consigue. Ah, tienen otros dos casinos: uno de ellos -llamado New York- con una reproducción enorme de la estatua de la libertad en la puerta y una calle lateral simulando un callejón de la Gran Manzana. Y hay una diagonal con pubs y pizzerìas que está bastante bien.

El casino
Gracias a la insistencia de Luke una noche fuimos a uno de los casinos de San Luis (en ese momento creíamos que era el único casino), el Golden Palace. Fue una experiencia muy rara. Nunca había ido a un casino y no tenía ninguna expectativa de nada. Y entramos en un lugar que en algùn momento habrà sido un cine y que ahora estaba lleno de máquinas tragamonedas y gente muy freak (pero en el peor sentido). Con Papá Oso sacamos 10 pesos de fichas y jugamos a un juego que mucho no se entendía. Nos aburrimos bastante. Igual lo más grosso era, como ya lo dije, la gente. Mucha vieja loca poniendo fichitas a lo loco, mucho freaky de mediana edad con la cara desencajada, mucha gente al pedo mirando jugar a otros. En fin, fue algo extraño.

Gay Life
No pudimos descubrir cómo es la vida gay de San Luis. Que había locas nadie lo duda. De hecho nos cruzamos con un par en el centro (y un clon maligno de Bill Gates hasta nos devorò con la mirada y no pudimos dormir durante varios días). Pero no pudimos desentrañar mucho màs. Descubrimos que hay un bar gay llamado "La Bohemia", pero pasamos por la puerta el sábado y no nos dio entrar... De hecho nos dio un poco de miedito (y eso que hemos frecuentado lugares poco ortodoxos en Buenos Aires...). Quien sabe, por ahí el finde juntamos coraje.

Sierra de las Quijadas
Papá Oso tenìa muchas ganas de visitar este parque nacional del que no tenía mayores referencias màs que la presencia en el lugar de huellas de dinosaurios. Y me encontré con un lugar que desafió todo lo que había visto hasta el momento. Si mal no recuerdo, las sierras del parque tienen 200 millones de años. Lo que hace que el paisaje esté erosionado y que adopte formas que parecen sacadas de los fondos de "El Correcaminos". Ah, y en el medio hay un cañon tipo el cañòn de Colorado pero màs ancho.
Cuando hablè de El Volcán mencioné a Escher por la profusión de escaleras y puentecitos y corrientes de agua. Pero era una exageración. Acá, sin exagerar, vi un Escher en la vida real. En los miradores la tercera dimensiòn estaba suspendida: no podía distinguir qué era horizontal y qué vertical. Sòlo veìa montañas y verde, pero determinar lo que era plano y lo que tenía altura. Fue lo más loco que vi en mi vida.
Obviamente nos entregamos al senderismo y recorrimos varios miradores. Sacamos fotos e imaginamos que sería el escenario perfecto para una versión local de "Priscilla, la reina del desierto". BTW: ya puedo tachar el desierto australiano de mis destinos por visitar :-)
También avistamos aves de gran tamaño y analizamos la vegetación, con gran profusión de esos cactus que tanto nos gustan y otros que jamàs habíamos escuchado nombrar (como el Puqui), además de plantas como el vinagrillo (una rama con unos deditos verdes) o la Rosetita (una especie de pastito con formita tipo flor). Casi al cierre del viaje nos sentamos a comer pizza casera (hecha por Luke y cocinada a la parrilla por Papá Oso) al rayo del sol y con unos vientos que te volaban a la mierda los ingredientes.