La semana pasada fuimos con Papá Oso a ver "Caviar Follies", la nueva obra del grupo Caviar. Bah, nueva, es una antología de sus últimos shows. Pero como a la mayoría no los ví, para mí era nuevo. La verdad, el show está muy bueno. Caviar, por su algún despistado no lo sabe, es el padre de todos los shows de transformismo de Buenos Aires. Aunque, hay que aclararlo, el refinamiento y la estilización que tienen la compañía que dirigen Jean Francois Casanovas y Eduardo Solá son únicos.
En los números del grupo brillan la ironía y el glamour. Me parecieron geniales varias cosas. Uno es un número en el que la Solá hace de una tanguera entrada en carnes (el único número cantado en vivo del espectáculo). Otro es la recreación de un corto de Betty Boop, con Sandy Brandauer como protagonista (memorable, con un timing perfecto). Y el último es un cut and paste de diálogos trillados de películas dobladas al castellano, de esas que dan en los canales de aire los sábados a la tarde. Todo un hallazgo que haría delirar de placer a Manuel Puig, con una convicta que fue injustamente incriminada, una mujer despechada y vengativa y varias amantes de un galán que harán lo que sea por amor. La verdad, me encantó ese número. Igual, el resto del show está muy bien. Se presentan durante tres meses en el Maipo Club.
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