Evento

Parecía la convención mundial de termitas. Lleno de ellas. De todas formas y colores. Estaban las que tiene un ligero retraso, las que claramente necesitan atención psiquiátrica urgente y las que uno tiene miedo de que en algún descuido le choreen algo. Obviamente, yo no estaba en la lista de acreditados. Al parecer, por problemas técnicos, no recibieron mi mail pidiendo acreditación, sólo los mensajes en los que pedía confirmación. Me llamaron y no me encontraron. Yo no me di cuenta de escuchar los mensajes. Y ellos tampoco de ponerme en la lista. El sentido común no es lo que abunda en este país. Igual, acudí a la autoridad máxima, la jefa de prensa.

- Hola
- Hola (con cara de no me molestes)
- No estoy en la lista, pero vos me conocés, sabés que laburo en tal lado.
- Si (sin mucho convencimiento). ¿Quién es tu jefe?
- (Tratando de ocultar la indignación) ¡Yo soy mi jefe! Yo soy tal, de tal medio
- Ah sí, anotalo en la lista, Mariano Lake, háganlos pasar

Si sentirme tratado igual que la basura que juega a que labura para ver de cerca a los famosos no hubiera sido suficiente, entrar en el salón agregó aún más sufrimiento a mi existencia. Era un quilombo de gente. Cámaras, fotógrafos, un puñado de famosos. Y cientos de termitas. Estaba al borde del colapso nervioso, aunque por suerte fui bien acompañado. Igual, en un momento pensé en irme sin hacer nada. Pero se me pasó.
Encaré a mi primer famoso de la noche. Violeta Urtizberéa. Un amor. Pero no quiso hablarme de la sitcom juvenil que hará hacia fines de año. Después, Mike Amigorena. Otro amor. Pero no me dijo nada potable del Señor Pels. Después estaba la grossa Carla Peterson. Pero me la robaban una y otra vez o se la llevaban para el móvil en vivo o venía una autoridad de la asociación premiadora que la hacía interrumpir las notas para sacarse la foto.

Sí, that's what it's all about. It's just a lame excuse to show themselves with the "stars". Además, ya es hora de que se pasen en limpio: la gente mira esa bosta para ver la cara de ojete que ponen los actores cuando pierden. A nadie le importa si gana tal o cual o el oro no se qué. Lo único que importa es ver putear a Nancy Dupláa o que Susana ponga cara de circunstancia. O si hay algúna freak -este año creo que no hay- para ver qué mamarracho se puso y bardear al día siguiente en la oficina (en el mejor de los casos).

Y bueno, acá los famosos no abundaban. Apenas si podemos decir que las grandes estrellas fueron Carla, Emilia Attias, Griselda Siciliani y la Negra Vernaci. Pero insistí. No me iba a ir sin cuatro declaraciones de Lola Padilla. Y le prometí hacerle apenas cuatro preguntas y accedió. Creo que le di un respiro con preguntas bobas no tan bobas como las de las cámaras. Aunque se me llenó el boliche de termitas que metían preguntas pelotudas como "¿En cuántos idiomas tuvo que grabar el saludo de Lalola?". ¿A alguien le importa saber esa forrada? Lo dicho: el sentido común es una especie en extinción. A esta altura, la mina entró en auto pilot. Contestaba como su tuviera 8 años. Igual ya estaba, mis preguntas las había metido, pero me daba pena por ella y el acoso termitero. Igual estuvo bien porque vinieron a buscarla Muriel Santa Ana y Amigorena y ella salió corriendo al grito de "Me voy, me voy, que se van todos". Una grossa.

Igual, ya lo decidí. La próxima empiezo a gritar como Mirtha Legrand: "¿Se creen que tengo 20 años? ¡Bastante esfuerzo hago, carajo, mierda! (BTW: Rob me dijo que me enfocaron en RSM, jojojo)