El Fantasma del Embole

Algo adentro mío me decía que no me iba a gustar. Pero igual traté de ir dispuesto a pasarla bien y sorprenderme. Y me sorprendí, pero por el alto embole que me pegué viendo "El Fantasma de la Ópera".
No pongo en duda ni el desempeño de los actores/cantantes -todos muy buenos- ni los impecanbles rubros técnicos, ya que escenografía, vestuario y efectos visuales fueron impresionantes. Lo que me aburrió mortalmente fue la trama de la obra. ¿80 millones de personas vieron ese bodrio de Andrew Lloyd Webber? ¿A quién se le ocurrió trasladar esa novela un poco anticuada de Gastón Leroux sobre un enmascarado que vive en las entrañas de un teatro y que seduce a una joven e inocente cantante mientras siembra el terror entre los artistas que allí trabajan?
Le falta mucho punch a la historia. Se zarpa con el melodrama, además. Y trata demasiado de ser una pseudo ópera. Ojo, no soy fan de los musicales pero tampoco soy de esos que no aguantan ver a los actores cantando sus parlamentos. El musical es un género que si es bueno me gusta tanto como cualquiero otro (de hecho tengo buenos recuerdos de obras como "Los miserables", "Chicago" y "Sweet Charity"). Pero me parece que la onda pretenciosamente operística y exageradamente trágica y fantasiosa de "El fantasma de la Ópera" -que es como "Drácula" de Pepe Cibrián Campoy on steroids- no es lo mío. Así que están advertidos.