Rave planetaria
Durante muchos años escuché que en el Planetario en ciertas ocasiones hacían "raves" al aire libre. Y como siempre por una cosa u otra me las perdía, comencé a sospechar de que se trataba de una leyenda urbana. Pero finalmente comprobé lo equivocado que estaba.
Merced a Rob y Luke (siempre tan informados de las tendencias los dos cachorros lindos) nos encaminamos allí, luego de asistir al cumpleaños de mi madre. Pero cuando llegamos había una mala noticia: la policía había rajado a los organizadores de la fiesta. Aunque la amargura duró poco tiempo, porque los dejaron poner el sonido entre los arcos por donde pasa el tren. Sí, por donde pasan los trenes queda un espacio de unos 10 metros en el que no hay nada. Y ahí montaron la fiesta.
La verdad fue un flash. Era como estar en un video de EMF de 1991. Mucha gente volada, mucho freak, mucho clubber drogado, luces de colores, punteros láser y demás. En un momento, cuando ya se empezaba a llenar y bailar tranquilo se hacía difícil, unos pibes se subieron arriba de otros (como los nenitos a los que los alzan en los recitales para que vean mejor) y pelaron dos carteles que me hicieron la noche: "Take the blue pill" y "Take the red pill". Había olor a popper. Y olor a pata. Y a porro. Y después pasó el tren y fue un flash de aquellos y la gente se puso a gritar como si hubiera aterrizado un ovni con Daft Punk adentro. Y en algún momento en medio de todo eso, se armó una gresca infernal y unos cuantos repartieron trompadas ("es hora de las tortas", diría Ben Grimm). Pero custidoados por los grandotes de Papá Oso, Luke y Rob, Rafa y yo seguimos bailando como si nada.
Ah, había una chica que escupía fuego mientras bailaba sobre una tarima. Pero yo me dediqué a bailar re colgado con los ojos cerrados. Y en un momento una chica con el "novio" (que después nos dimos cuenta que en realidad era "la amiga") pasó y me dijo "suuuupertranqui", y todavía sigo pensando en qué habrá querido decir eso.
Los chicos de los carteles insisrtieron más tarde, ahora con un "banner" que decía "qué tole tole". Los mosquitos atacaban a raudales, las tortas empujaban cual camioneros con poca paciencia y la música -que sonaba medio "opaca"- seguía a full. Después llegó un amigo de los chicos, que se levantó a la "amiga" de "supertranqui" y cayó un pesado que pensaba que Papá Oso era dealer y que les quería pegar, aparentemente porque eran putos. Pero Papá Oso se encargó de alejarlo y ordenarle que se vaya a la casa.
Tipo cuatro y media yo no daba más y pedí pista. Nos fuimos con Papá Oso, pero el gordo lindo decidió parar en una casita que vende hamburguesas y choripanes (la que está a metros de la estatua de Caperucita Roja). Para mí, una completa, para él un chori. Qué buena forma de cerrar la noche. Ah, buy the way... cómo se impone el peinado Velma para la torta eh...

7 comentarios:

Penelope Glamour dijo...

Excelente report del evento, tal cual TODO. Si te fuiste a las 4:30 tal vez no llegaste a ver el momento lisérgico en el que pasaron 2 trenes juntos y explotó mal. Igual yo hacía muuuuucho que no iba a estos eventos...es idea mía o cada vez hay MAS y MAS niños y niñas con ese "animé-look" que lo hace ver a todos tan iguales? En MI época con suerte había 5 groupies de `El otro yo` dando vueltas...
Saludos!!

Lake dijo...

Penélope: me perdí los dos trenes pasando juntos!
Y vi mucho darkie de bond street :)

ELECTROCHONGO dijo...

ja ja, el peinado Velma es típico! como tambien el corte Mambrú para el putito!

y bue... son tendencias, viste??

tengo q ir a una de esas raves!

Lake dijo...

La próxima te avisamos Fok.

Anónimo dijo...

A mí también avisame Lake no me dejes afuera

Capitán Intriga dijo...

¿Esto es Actitud Buenos Aires?

Lake dijo...

Manu: Te aviso la próxima, pero no tengo tu email. El de Fok sí ;-)