Es clavado. Los machos más dables aparecen cuando no podés mirarlos. ¿O será que tengo mala suerte? Con Papá Oso somos muy cómplices y muy poco "celosos al pedo". Por eso, cuando vemos alguien potable, nos lo mostramos y comentamos entre nosotros. Pero nunca aparecen tipos tan grossos como cuando estamos con madres, abuelas u otros parientes que hacen virtualmente imposible que podamos emitir comentario alguno.
Aunque lo que nos pasó el sábado a la noche no tuvo nombre. Llevábamos a mi bobe a la casa después de la fiesta de cumpleaños compartida entre mi padre y mi hermano y no paramos de ver cosas increíbles por la calle. Encima, paramos en un semáforo en Barrio Norte y al costado se paró otro auto. Con dos machos bastante potables. Que nos miraron libidinosamente. ¡Qué yironas! Tuvimos que mordernos la lengua para no soltar palabra y horrorizar a mi pobre bobe. Después de dejarla en su casa, no volvimos a cruzar a nadie que valiera ni siquiera media palabra. Se habían desvanecido. ¡Qué cruel es el destino!
2 comentarios:
no sos el único al que le pasa
ay, me quedo mas tranquilo!
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