La República de los Niños, una Disneylandia peronista

No sé si es una extraña fascinación por los grandes proyectos que alguna vez fueron muy grossos y que ahora no son más que vestigios o un cariño especial por lugares que visité de chico y que me impactaron. Lo cierto es que me fascina la República de los Niños.
Fuimos de nuevo hace un par de semanas y sigo sin poder creer que tanta belleza siga en pie a casi 60 años de haber sido inaugurada (y sin que ningún gobierno haya invertido realmente mucho dinero en que siga en pie).
Y está mejor que la vez que fuimos hace tres años: los edificios están un poco más cuidados, está todo recién pintado y algunos espacios que estaban medio destruidos ahora fueron reparados y aparecen totalmente dignificados.

Creo que esta visita me pasó como cuando fuimos en el verano al complejo de Embalse, en el Valle de Calamuchita. Ambos son símbolos de una Argentina potencia que ya no existe. Y, casualmente, los dos complejos fueron construidos por Perón en su época de gloria.
Parece mentira que en algún momento -más allá de compartir o no la ideología peronista- se haya puesto tanta plata en hacer proyectos concebidos para durar para siempre y con una idea de hacer el bien a la comunidad. Da un poco de tristeza y de bronca visto desde una perspectiva año 2009.

Para los que nunca fueron, la República de Los Niños es un parque temático ubicado en la localidad de Gonnet (La Plata) que intenta ser un país en miniatura para que los chicos conozcan las instituciones democráticas del país. Hay un centro cívico símil Disneylandia (el parque abrió sus puertas dos años antes y en el folleto se afirma que Walt Disney se inspiró en este emprendimiento argentino para construir su primer complejo en California) con una calle principal rodeada de edificios de arquitectura del estilo de los alpes europeos, seguramente elegida por las reminiscencias a los cuentos de hadas.
Y en los distintos edificios funcionan distintas instituciones: Hay un parlamento, una casa de gobierno, una corte, un banco y una iglesia. Fuera de la ciudadela hay edificios que representan al ejército (todos en forma de castillitos muy princesas de Disney) pero que cumplen apenas una función simbólica porque no están abiertos al público, un tren con estaciones, un aeropuerto miniatura (que es una réplica del viejo aeropuerto de Ezeiza), una granja (antes era una plaza, recuerdo haber ido ahí con mi Bobe), una pulpería y un parque de diversiones muy pobretón.

Ah, adentro del centro cívico hay un híbrido de Taj Mahal y la Alhambra en donde funciona el Museo del Muñeco (digamos que cuando el señor en la entrada nos dijo que con la entrada podíamos conocer el museo del muñeco pensamos que nos estaba haciendo una propuesta indecente pero no...). Y allí fuimos. La señora que cuida nos dejó ver la Alhambra que tiene como patio interno y que no está abierta al público porque la fuente central está rota. ¡Es fabuloso! La mujer se quejó de la falta de apoyo del gobierno nacional (dice que Cris había prometido 30 millones de pesos que nunca aparecieron porque perdió en esa zona de la provincia), aunque puedo dar fue de que el museo está mucho más parecido a cuando yo era chico que hace dos años (ahora están abiertos los dos pisos, en 2006 el piso de las marionetas estaba cerrado).

Sacamos muchísimas fotos y recorrimos todo el predio. Incluso bordeamos el lago interno, investigamos uno de los pabellones que está cerrado y con una de las torres caídas y después de regocijarnos con semejante esplendor que se resiste a desvanecerse nos fuimos felices a dar una vueltita por La Plata. Pero esa es otra historia. Así que ya saben, por 5 pesos por persona y por auto, es un paseo más que interesante, a sólo unos 70 km de Buenos Aires.




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6 comentarios:

quien es marcos dijo...

yo sé que es una pelotudez, pero cuando nos dieron las entradas para la república, la minita nos dijo: y con esto tienen la entrada gratuita al museo del muñeco.....
pfffffgraciassssssssssssssssssssssssssssssssssss y aceleramos para no reírnos en la cara de la pobre piba.

jose dijo...

Nunca fui!

Supongo que mis viejos nunca me llevaron porque son demasiado gorilas

Guillermo dijo...

WoW! Me hiciste viajar más de 30 años en el recuerdo!

Alguna vez mis viejos me llevaron, de muy, muy chico... Todavía tengo, in the back of mmy mind, algunos recuerdos, fotografías, de ese paseo. Aún hoy, a los 41, sigo con la sensación de la infancia que te dejan esos paseos que disfrutaste mucho pero que por H o por B tus viejos nunca repitieron.

Pensé que estaba cerrado ese lugar, que había caído en el olvido como tantas cosas. Quizás algún día (como dice el tango) si vuelvo a Argentina los lleve a mis chicos.

Gracias Lake!

Lake dijo...

Marcos: Jaja, nos pasó algo parecido.
Jose: Tenés que ir.
Guillermo: No sé si es EL paseo, pero está muy lindo. Si venís por acá, es una opción más que válida.

Paola dijo...

Con mi marido llevamos a nuestro hijito de 4 años, hace unos meses, y realmente le encantó, lo disfrutó muchísimo, y nosotros también!

elen dijo...

Hace poco estuve haciendo fotos para un cumple de quince ahí, cuánta magia!

El Museo del Muñeco me daba TERROR cuando era chica!