¡Qué noche Teté!
Gracias a Big Beer Bob, que insiste en empujarnos hacia el lado oscuro de la fuerza, terminamos en la fiesta de carnaval del Club de los Osos. Ni el pie roto fue obstáculo para disfrutar de "eso". Creo que fue la situación más bizarra que experimenté en mucho tiempo. Big Beer Bob vino con Lucas (un tipo sumamente grosso) y después se sumaron J&J. Petit Voleur no se presentó por tener "la agenda llena".

Empecemos por la consigna del concurso de disfraces. Oh my fucking God! No quiero entrar en detalles, pero las producciones eran fuertes. Para que se den una idea de lo que se podía encontrar: la colegiala onda Britney en "Baby one more time" (sacadísima), el angel leather (con un slip demasiado diminuto), el hombre de las cavernas, la geisha (?), una que no se entendía qué era pero que tenía cara de monstruo y pelo de Whitney Houston circa "I Wanna Dance with Somebody", uno que pretendía ser el Zorro pero a quien bauticé "V for Vendetta" (capa, antifaz y boxer que no combinaba); el accidentado (muy grosso, iba con el suero colgando), el hombre lobo (novio del anterior, parecía salido de "El resplandor" y encima tenía una próstesis con una verga enorme), el leather (what the fuck?), la bailarina con tutú, el cura (era igual a Gianni Lunadei, muy creepy) y la carpa del amor.

Segundo factor de locura: el alcohol. Pedí un vodka tonic (me lo fue a buscar Papá Oso porque tenía mucho miedo de que me pisara el ganado) que era 3/4 alcohol 1/4 agua tónica. Para cuando estaba terminando el primer ya estaba muy empedado. Pero Papá Oso había comprado más consumiciones y pensé "no voy a desperdiciar la consumisión, ¡quiero más!". Claro, eso fue la gota que rebalsó el vaso. Literalmente.
Mi estado de ebriedad se acrecentaba a pasos agigantados con el correr de los minutos y comencé a perder la noción de lo que estaba haciendo cuando nos fuimos afuera a sentar en las mesas del sector "outdoors" (que top suena decir eso jajaja).

Hablamos de bueyes perdidos (en realidad no tengo mucha noción de lo que hice o dije) hasta que llegó el verdadero factor sorpresa de la velada. Sebas, un pendejo de 22 años muy borracho y con ganas de que alguien le pague un trago, vino a nuestra mesa a chamuyarnos para ver si lo invitábamos con algo. Claro, el muy caradura quería llevarse algo de arriba. Pero JR obviamente exigió algún tipo de contraprestación. No llegaron a un acuerdo, pero llegó el novio el pibito, 20 años, alias "El Tucu", alias "El Walter Quiróz Oso". Así nos enteramos de que habían hecho una apuesta para ver quien conseguía que le pagaran un trago y que la pareja funcionaba como una "churrasquería", o sea "vuelta y vuelta" (!). Papá Oso dijo que el iba a financiar a los jóvenes, pero Lucas, con gran olfato comercial, exigió una contraprestación de buena calidad. Conclusión: terminé besándome con El Tucu y Papá Oso con Sebas y ellos consiguieron sus fernets. Pero claro, el más grande tuvo un ataque de celos porque le habían besado al novio y se fueron haciendo pucheritos. Ah, también apareció un hijo de Javier Portales que quiso prenderse en la joda pero no le dimos cabida. Y un señor lo quiso besar a Papá Oso, pero esa es otra historia.

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