Combatiendo la abstinencia de Piyi Piyi

Ja, nos reclaman posteos sobre el palomo y cumplimos. El pajarraco está cada vez más confianzudo. Y desde el día que llovió toda la tarde y recién pudo venir a la nochecita a comer y casi se queda a dormir adentro, le gusta quedarse en casa. Antes, después de comer "pedía" que le abriéramos la puerta y después hacía sus necesidades afuera y volaba. Pero estos días como que se queda adentro bastante. Le gusta el living, a veces después de comer va hasta ahí caminando y se acicala. O camina y nos mira... Es más, el otro día entro y se quedó comiendo y Papá Oso se tiró en el sillón y se quedó dormido. Y el palomo, como no podía salir, fue hasta el comedor y se acostó en el piso a dormir. Así los encontré cuando volví de laburar. Una ternura.
Pero lo que más me mata es cuando quiere irse y nos busca por la casa a ver dónde estamos y qué hacemos. El jueves hizo eso, Papá Oso estaba en su PC y yo en la mía y escucho los pasitos (como tiene uñitas largas hace un ruidito en el parquet) y el pollito que se para en la puerta de mi cuarto a ver qué hago. Y después escuchó la voz de Papá Oso y siguió para la otra habitación para "curiosear".
En cuanto a su estado físico, el palomo ya está 10 puntos después del ataque (que parece que fue perpetrado por unas aves de rapiña que merodean el barrio) y todas las mañanas y las tardes se va volando con destino desconocido. A veces va para la calle Armenia (lo veo volar hasta ahí aunque no sé si sigue), otras va para el lado de Cabrera y Scalabrini Ortiz. Sí, es un piyi hiperpalermitano, vio?
Nos acabamos de ir de vacaciones. Y el tema pollito nos preocupaba un poco. Porque el bicho está libre, es nuestra mascota pero no somos sus dueños. Y era medio complicado el tema de solucionar su alimentación en nuestra ausencia o asegurarnos de que cuando volvamos siga como habitante del balcón. Le queríamos pedir a Lucas que viniera a darle de comer, pero el gordo se rompió la rodilla y nos dejó sin esa posibilidad. Pero finalmente, mi suegra dijo que vendrá día por medio a regar. Y nuestros vecinos (que comparten el hueco del edificio con nosotros) nos dijeron que cuando el pollito viniera ellos lo alimentaban en nombre nuestro (ellos, de hecho, muchas veces le ponen agua o le dan de comer en el pico al pollito, al que le gusta mucho caminar por la cornisa de ellos). En fin, esperemos que el Piyi siga en su lugar cuando volvamos.


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2 comentarios:

Ivan y Gabo dijo...

Que relato mas tierno! :D

Anónimo dijo...

Seeeeeh vamos piyi piyi!!! Lo quiero! Y qué foto más linda también :D