La verdad que ya pasé de estar al borde de un ataque de nervios. Estoy "patinando por el filo", como le endilgaba Trevor Goodchild a Aeon Flux, a lo que ella decía "yo soy el filo". Hace varios días que no paro un minuto. En uno de mis laburos hay muchos cambios (lindos) y estamos a full. En el otro, hay muchas cosas para hacer, reuniones y gente que me rompe las bolas con taradeces y mamertos que no saben ni contestar un mail (pero no quiero aburrirlos con los detalles).
El viernes, día en el que usualmente puedo relajar un poco, tuve que ir a hacer una entrevista para un importante diario (el gran diario no, el otro) a Jean Francois Casanovas. No sé bien por qué pero en un momento tuve un presentimiento muy Mirtha de "sabía que le iba a fallar algo". Y salió, Casanovas me dejó plantadísimo. Tatatá tatatá, corte. Encima el celular se había muerto y no podía hablar con nadie porque el aparato de mierda no emitía sonidos. Y bueno, duró como tres años y se portó muy bien durante ese tiempo. Por suerte ya tengo uno nuevo, que Papá Oso estaba tratando de comprar mientras yo intentaba ubicar a mi entrevistado. Pobre Papá Oso, estuvo como cuato horas para que los inútiles de Movistar le vendan un celular con línea activa. De no creer. Digo yo, si no les interesa dar un buen servicio ¿por qué no se vuelven a España? En fin, me voy por las ramas. Media hora esperé al señor de Caviar hasta que, como no lo podían ubicar, decidí emprender el regreso. Papá Oso se ofreció a pasar a buscarme (sí, me saqué el gordo de navidad). Pero mientras lo esperaba (completamente odiado), me mandaron un mensaje avisando que el francés ya estaba en su casa. Así que regresé ahí para notearlo (una nota sobre su hobby cinéfilo). Obvio que el fotógrafo que tenía que venir nunca apareció. Encima, Casanovas me dijo que no quería fotos con sus cosas. Y yo ya me imaginaba tirando el cassette a la basura porque sin fotos no hay nota. En fin, después aflojó. Pero el stress de ese día aún me dura. Después hice una telefónica con Corvata de Carajo (?) y más tarde fuimos a comer a lo de Luke, que tiene depto nuevo.
El sábado laburé un poco a la mañana, cociné y después hubo siesta y comprada de regalo. Más tarde cena (una lasagna de choclo, berenjena y atún que hizo Papá Oso) y luego cumple de Pérez. Bastante gente y música ecléctica. ¡Hits noventosos impresentables, reggaetón, rock nacional! Un fuegor, con mucho alcohol y buena compañía. Alto disfrute de la mano del pisco sour.
Y el domingo tuvimos un asadete bellavistense en casa de mi amigo Pocho con parte del Livra Team. Un asado geek, si se quiere. Mucha conversación sobre códigos de programación, websites y estrellas de la web 2.0. Estos pibes son incorregiblemente nerds. Después hubo recital en vivo y fútbol (obvio que nos quedamos con Papá Oso al costado, fumando un puro; el deporte no es lo nuestro).
El broche de oro fue una parada en el Chorimóvil de Costanera Sur junto a Gugote. Dos hamburguesas cada uno y felicidad eterna en medio del frío polar. Altos looks de los habitués costanerasurenses, incluido un señor que en la bermuda tenía estampado a Ronaldinho (creo que debe hacer juego con la remera con la cara de Mariana de Melo skinhead post accidente con la cosechadora). ¿Y ahora? Nada, sigo laburando. Estoy atrasadísimo pero me debo a mi público.
Skating the edge
Publicadas por
Lake
on miércoles, julio 02, 2008
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4 comentarios:
Corvata, el que estaba en A.N.I.M.A.L.
no te imagino preguntandole algo a ese muchacho,
que dura es la profesion!
Si, ese Corvata. Mi profesión es un sacerdocio.
Papá Oso se ganó mi corazón cuando me buscó por toda la casa para convidarme ese trago con mandarina. ¡Y ni hablar del daikiri de banana! Tengo abierto el minibar, digo, el mueble chino de las bebidas, las 24 horas para ustedes. ¡Besos!
hay que repetir el chorimovil. definitivamente. btw, tendriamos que haber sacado foto del cartel donde decia "mondiola" :)
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