Fue un fin de semana un poco más tranquilo. Pero no por eso menos ocupado. Arrancamos el viernes con el "Pizza Championship" con algunos compañeros de laburo en la casa de Gabriel, "O brasileiro". La convocatoria era la siguiente: Él y Ana Inés hacían la masa y las parejas invitadas llevaban los ingredientes para preparar cada uno una pizza. La pizza de roquefort y apio de Gugote y la de huevo y ajo de Mariano K fueron muy grossas. Pero se llevaron las palmas las de rúcula, jamón crudo, tomates secos y muzzarella de búfala y la de pollo y palmitos de Papá Oso y la de strogonof y papas pay de Gabriel (sin desmerecer la de pollo -que me volvió loco- esta fue mi favorita). La reunión fue muy amena con caipirinhas, vinos y un trago llamado Mussolini que no quise probar por cuestiones ideológicas. Después nos divertimos viendo a Abril (la hija de Gugo y Valchus) y Valen (la hija de Marian y Laura) jugar con los dos atormentados gatos del hogar y, más tarde, con Papá Oso.
El sábado trabajé un poco, hice un pequeño trámite laboral y terminé almorzando con Papá Oso en "Mi sueño", un carrito de Costanera Sur que hace una "mondiola" de antología. 100% recomendado. Y a la noche nos fuimos con varios amigos al cumple de JA, que festejaba en una terraza sancristobaleña a un par de cuadras de Telefe. Como no hacía ni frío ni calor, aproveché para usar mi camisola hindú amarilla, a lo que sumé un rosario-pulsera tibetano de jade. Aunque lo que causó furor fue la peluca afro que rescaté del casamiento de Juan y Anita. ¡La gente enloqueció! Me saqué muchas fotos con chicos que tenían el pelo así. Y hubo gente que no me conocía y que creyó que era de verdad. "¡Lake no puede más con esos rulos!", le dijo una lectora habitual a Capitán Intriga. También hubo mucho baile bajo las estrellas y viajes astrales, impulsados por el misticismo de mi look saibabense.
Y el domingo teníamos pensado ir a la feria de Mataderos. Pero hubo cambio de planes y nos fuimos a ver la ceremonia del "Baño del Buda" en el monasterio budista Fo Guang Shan (Cramer 1733). El templo está a medio construir pero es muy bonito. Además, subimos al altar del primer piso, en donde un señor de la colectividad nos contó lo que representaban las tres imágenes de Buda y por qué Buda está dividido en tres aspectos diferentes. Terminamos en la terraza, en donde había un altar-fuente con tres estatuas de Buda niño que los budistas pasaban a bañar (le tiraban agua encima) con un cucharón de madera. Muy pintoresco.
Más tarde pasamos por el Barrio Chino y almorzamos en "El cisne blanco" (Arribeños 2328), un restaurant nuevo muy barato y muy bueno. Comimos un Chao Fan con asado chino (11 peluchas) y Arroz con salsa de pollo y curry (13 pesos). Más que barato para comida china fresca y abundante. Terminamos comprando chucherías en los negocitos del barrio, incluídos unos sahumerios de sándalo baratísimos y un colgante de unos pescados con estampados de osos panda. No hay con qué darle, los orientales son los campeones máximos del kitsch.
El sábado trabajé un poco, hice un pequeño trámite laboral y terminé almorzando con Papá Oso en "Mi sueño", un carrito de Costanera Sur que hace una "mondiola" de antología. 100% recomendado. Y a la noche nos fuimos con varios amigos al cumple de JA, que festejaba en una terraza sancristobaleña a un par de cuadras de Telefe. Como no hacía ni frío ni calor, aproveché para usar mi camisola hindú amarilla, a lo que sumé un rosario-pulsera tibetano de jade. Aunque lo que causó furor fue la peluca afro que rescaté del casamiento de Juan y Anita. ¡La gente enloqueció! Me saqué muchas fotos con chicos que tenían el pelo así. Y hubo gente que no me conocía y que creyó que era de verdad. "¡Lake no puede más con esos rulos!", le dijo una lectora habitual a Capitán Intriga. También hubo mucho baile bajo las estrellas y viajes astrales, impulsados por el misticismo de mi look saibabense.
Y el domingo teníamos pensado ir a la feria de Mataderos. Pero hubo cambio de planes y nos fuimos a ver la ceremonia del "Baño del Buda" en el monasterio budista Fo Guang Shan (Cramer 1733). El templo está a medio construir pero es muy bonito. Además, subimos al altar del primer piso, en donde un señor de la colectividad nos contó lo que representaban las tres imágenes de Buda y por qué Buda está dividido en tres aspectos diferentes. Terminamos en la terraza, en donde había un altar-fuente con tres estatuas de Buda niño que los budistas pasaban a bañar (le tiraban agua encima) con un cucharón de madera. Muy pintoresco.
Más tarde pasamos por el Barrio Chino y almorzamos en "El cisne blanco" (Arribeños 2328), un restaurant nuevo muy barato y muy bueno. Comimos un Chao Fan con asado chino (11 peluchas) y Arroz con salsa de pollo y curry (13 pesos). Más que barato para comida china fresca y abundante. Terminamos comprando chucherías en los negocitos del barrio, incluídos unos sahumerios de sándalo baratísimos y un colgante de unos pescados con estampados de osos panda. No hay con qué darle, los orientales son los campeones máximos del kitsch.
5 comentarios:
ey estuvieron a un par de metros tudei!
aguante la ficción
Berna
Ustedes tambien fueron a barriochinear?
amo barriochinear, no puedo evitar convertirme en un comprador compulsivo en China Belgrano Town
Ay sí, los objetos más horrorosamente kitsch provenientes de Asia me causan una profunda fascinación...
y ni hablar de lo maravillosas (y baratas) que son unas pinceletas que se venden ahi
no solo kitsch, arty tambien!
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