Mr Ming

¡Esto me quedó en el tintero desde diciembre! Finalmente nunca pude contarles sobre nuestra experiencia en Mr. Ming, un restaurante de sushi rosarino que la rompe. Fuimos con Andrea y Fabián, que jugaron de locales, y la verdad nos sorprendió.
El lugar se especializa en sushi, aunque hay otros platos orientales -nada demasiado revolucionario- y hasta una sección del menú que se llama "De desubicado", que ofrece milanesas a la napolitana y cosas por el estilo (les juro que al lado nuestro había una familia de altos new rich comiendo TODOS milanesas... re de desubicado).
El sushi estaba muy bueno. Pero si algo tengo que destacar del restó es que tiene mucha puesta en escena. Es como si José María Muscari les hubiera dado tips de atención al público. Desde las mozas vestidas estilo oriental, hasta los encargados estilo samurai. Pasando por el himno japonés que suena a la medianoche, con el persona de pie y con la mano en el corazón.
En cuanto al lugar en sí mismo, hay un sector cubierto que mira al río Paraná (el local está dentro del complejo La Fluvial), otro intermedio con una barra enorme de la que brota una cascada (que abajo tiene peces carpa) y un enorme ploteo con siluetas "heroicas" que incluyen la escena clave de "Liberen a Willy" y a Super Mario Bros y el castillito del final de cada nivel) y uno descubierto bien estilo zen que también mira al río (increíble esta parte, nunca había visto un jardín con mesas y boxes tan bien puesto).
Lo otro que merece destacarse son las leyendas con advertencias y prohibiciones para los comensales: "Prohibido tararear "El oso", de Moris", "Prohibido desnudarse", "Salvar a las ballenas", "Prohibido usar armas de fuego", etc.
El precio no me pareció caro para ser sushi, aunque no es un lugar barato. Ah, la cuenta te la traen en una cajita que adentro tiene la mano del Señor Ming, ahí tenés que dejar el dinero. Así que ya saben, si van a Rosario y les gusta la estética y la comida oriental, no se lo pueden perder. Además, Rosario siempre estuvo cerca.

5 comentarios:

Laurinha dijo...

Grande Lake!
Tengo planes de visitar Rosario en plan mini road trip con dos amigas, asi que la info me viene super
De tus sugerencias siempre sale algo, hace poco me luci (pero me luci posta) hablando de Baraka con mi jefa
Genio del bien, sos un servicio a la comunidad


Ay que melosa me levante hoy!

Lake dijo...

Gracias Laurinha, se hace lo que se puede, aunque a veces no sale muy bien jaja.

beso

PD: Después te mando el cheque...

Anónimo dijo...

Buenas! Soy de Rosario. Te falto contar lo más flashy q tienen los Sr. Ming que hay por la ciudad: el delivery. Te llevan las cosas en bicicletas, q tienen atras del conductor un muñeco de un Japones escala 1:1, sentado de espalda(mirnado hacia atras), q lleva en la falda el cajoncito donde cargan los pedidos. Es todo ir manejando y tener un chino de cartapesta mirandote feo de frente.

Lake dijo...

Eso no lo sabía! Gracias por el dato!

Unknown dijo...

Ah que maravilla, doy fe de lo bizarro que puede convertirse Mr. Ming. También doy fe de la comida y el buen vino que pueden degustarse, de una estupenda vista al río Parana, y muy buena atención.
Anécdotas de mi pasada por ahí:
En el solemne momento del himno, atrapados por un gran desconcierto, vimos salir del sector del baño (al fondo del jardín zen) a un señor que entendía menos que nosotros, el pobre resolvió la situación caminando bien erguido hasta pararse al lado de uno de los mozos-samurai para tomar su misma posición con la vista al frente y la mano en el corazón. Fue muy gracioso.

Posteriormente, el mozo que ya se había ganado nuestra confianza, nos avisó que en breve venía el pájaro loco. Otra vez sin entender nada, hasta que vimos aparecer a un humano, y bastante grandote, vestido y maquillado de pájaro loco... que bailaba como Michael Jackson! Luego los locales nos dijeron que se trataba de uno que había pasado por el programa Talentos con mucha pena y poca gloria. Por supuesto le pedimos se acerque a nuestra mesa y nos sacamos una foto junto a él.

La cajita con la mano del Sr. Ming el broche de oro.

Sin dudas fue una noche muy sabrosa.
¡Saludos!