Fiesta loca en el medio del campo
Lo que pueden las malas compañías. El sábado terminé en una fiesta psicodélica en medio del campo. Un tal Goa Gil de la India pasaba música trance en una estancia en General Rodríguez. El viaje fue toda una aventura, sobre todo porque encontrar la estancia fue un poquito difícil (las instrucciones para llegar eran bastante vagas). Así, después de aventurarnos en inhóspitos caminos de tierra a la luz de la luna, llegamos a l lugar. ¡Qué bizarro! Había un puesto de comidas hare krishna y en el medio del parquecito estaba la cabina del DJ. Numerosos jóvenes convertidos en saltarines fido didos se contorneaban sin parar. Se levantó un frío de la hostia. Pero le pusimos ganas y al rato de bailar ya estabamos en trance. Bailamos como locos -yo con las manos en los bolsillos por el frío- hasta que se hizo de día. No pude evitar sentir que estaba en medio de alguna celebración tribal de quien sabe qué tribu. ¡Los efectos que puede tener la música loca en la cabeza de uno! Durante la noche nos dio un hambre... pero por suerte llevamos brownies y caramelos. Algunos medio muertos de frío improvisaron fogatas. Por suerte no quemaron nada, pero estuvieron cerca de prender fuego todo.
Después, con Papá Oso armamos la carpita de playa y dormimos hasta el mediodía. Algunos quemados seguían bailando. Goa Gil -un barbudo hippie de pelo largo ultralimado- seguía pasando música. Pero optamos por volver a la civilización y regresar a nuestra vida "normal" antes de que fuera demasiado tarde.

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