Y seguimos con la historia del palomo blanco, que al parecer se convirtió en un hit entre todos los que siguen el blog. El "pollito" ya está bastante mejor y casi recuperado. De hecho, el lunes se animó a volar lejos, como le gusta hacer a él. Fue y vino varias veces durante el día y regresó a nuestro balcón para que le demos de comer. Sigue un poco arisco, pero menos que antes. Así que logramos que entre nuevamente a comer con la puerta cerrada para que las otras palomas no vengan a molestar. Igual, después del ataque, el piyi piyi está mucho más agresivo con las palimas mutantes y las echa de donde está. Si se ponen en la cornisa de enfrente donde toma sol, las corre. Y ni hablar si van a la cornisa donde duerme o si tratan de entrar en nuestra cocina a comerle el alimento. Es muy graciosa ver cómo va a la carrera a hacerles frente. Igual, las otras palomas están peor que nunca. El otro día descubrieron cómo entrar a la cocina por una ventanita de respiración que hay sobre las hornallas. Las muy hijas de puta desparramaron el alimento y cagaron por todos lados (cosa que el palomo blanco no hace, espera a salir para hacer sus necesidades). Lo solucionamos con un mosquitero nuevo. Hoy el palomo se aguantó la lluvia estoico, paradito sobre la baranda del balcón. Lo llamamos para que venga, pero no quería moverse. Con lluvia no puede volar, se ve que debe ser algo instintivo, porque sólo tenía que saltar hasta el piso y caminar a la cocina. Acá les dejo una fotito que le saqué, con el pecho inflado y la cabecita metida para adentro. ¿No es un amor?
Tips For Maintaining Clean Carpets Year-Round
Hace 17 horas.